14 de mayo de 2011

Es hora de cambiar la nieve por los senderos. Los montes están de un color verde chillón que hasta hace dudar que ese color es real. En esta ocasión toca investigar un tramo de un proyecto que con ilusión estoy trazando.


Hoy toca unir dos valles por una de las sierras más virgenes que quedan en el norte y que en inumerables ocasiones hemos transitado pero nunca abarcando tantos senderos.



Partimos de las inmediaciones de Leiza entre extensos hayedos aderezados por tranquilos campos y sólamente esta armonía se rompe por un parque eólico.



Las calzadas antiguas se alternan con pastos y sendas de pequeño y gran recorrido.



Desde este punto se divisa gran parte del trazado desde Leiza y se se intuye el final de la ruta.



Una larguísima bajada nos llevará a las inmediaciones de Ordizia.



Los senderos surcan los pastos creados por obra y gracia de las vacas, ovejas y caballos que campan a sus anchas en estos bellos montes que todavía se mantienen con poca contaminación y destrozo del hombre. Esperemos que no destrocen el valle de enirio con una pista que se proyectó hace años para unir Zaldibia con Igaratza...



Oihana sendereando con el macizo de Aitzgorri al fondo.



La calzada de Enirio nos guiará valle abajo. Una pena que la parte alta la diputación la haya convertido en el camino de Doroti, la petarda del mago de Hoz.



La zona media y baja de la calzada se mantiene con las piedras y losas originales que hace cientos de años se colocaron para poder transitar hacia los pastos. Ahora es un cataclismo de piedras que encantará a más de uno.



Sendero con vistas.



Oihana disfrutando de las vistas después de la bajada pedrolera.

En poco más de 30 minutos llegaríamos a Ordizia para completar una buenísima ruta lineal de casi 60 km...como nos va a entrar un helado en la parada del tren!!!