Hay días que por la causa que sea, bien meteorológica o de trabajo hay que dejar de lado el deslizamiento y retomar la ciclanda. Invierno es la mejor época para investigar y descubrir nuevos caminos que se dejan ver solamente cuanto los bosques están desnudos y los campos secos.
Los vientos cálidos del sur son el motivo ideal para permanecer cerca de la costa y disfrutar con el biciclo con un calor primaveral que hemos disfrutado este fin de semana y casi han hecho olvidar la nieve y las tablas, aunque todavía el invierno no ha dicho su última palabra.
El sábado parecía que nos íbamos a juntar un buen grupo por los dominios del musgo, pero en el último momento hubo una espantada general.
Finalmente TioJosé me acompañó para descubrir un camino que tenía pendiente por la zona y que apareció...sucio, pero ahí estaba, con su caja trazada a media altura por un valle que no va nadie...Necesitará una limpieza de cara, peinado, maquillado y bronceado para que algún osado pueda disfrutarlo en todo su esplendor.
La lima zomera tiene unas vistas espectaculares con una amplitud que abarca desde la costa hasta Aralar y desde los monte Anie, Atxerito y demás hasta el Gorbeia.
Una vez dentro del bosque el sendero Carbonero, este sin operaciones estéticas, aparece y desaparece entre las hojas secas de las hayas.
El domingo un paseo en grupo me hizo ver que la gente está en forma tanto subiendo como bajando...pero que los montes sufren la ira del desarrollo:
El sendero ha pasado a ser esto.
Entre la niebla.
Fin de la subida.
Es una vergüenza lo que hacen con los montes...las explotaciones madereras arrasan con todo lo que se encuentra a su paso como puede verse en la imagen. La subida a Bianditz es otro ejemplo de mala gestión de los montes con sus laderas desde Karrica hasta Zaría taladas. Por otro lado, si entras con la bici en los dominios de Aiako Harria Live, Artikutza, Ulía, costa de Jaizkibel te tratan como un criminal desalmado que erosiona, molesta a los animales, atropella niños.
Mas valdría a la Diputación realizar un plan general de gestión del medio ambiente en su territorio porque sino lo convetiremos más pocilga de lo que es hoy en día, llena de modernidades, pero sin la esencia de esta tierra...el verde.
Entre el Superpuerto de Jaizkibel, las nuevas autopistas y cinturones previstos, la ampliación de zonas industriales, la mala gestión de los montes, en pocos años nos arrepentiremos de lo que estamos haciendo con la naturaleza.
Antiguamente, hasta el siglo XIX, había poca superficie de bosque por un motivo, el pueblo vivía de los recursos que daba la tierra, como la ganadería y la agricultura. La madera se utilizaba como combustible y los bosques se mantenían con esmero para que fuesen productivos en ese sentido y por eso se talaban las hayas autóctonas de una singular manera creando los trasmochos. Los bosques se mantenían limpios porque todo se empleaba en las carboneras.
Avanzando el siglo XX, para proveer a la industria papelera, como los árboles autóctonos no eran productivos, se pasó a plantar Pinos y eucaliptos, especies que degradan el suelo. Pero hoy en día incluso las papeleras están desapareciendo llevándolas a países de mayor rentabilidad, como brasil, países nórdicos, Venezuela y algunos en África. Además sale más rentable fletar barcos con madera del extranjero antes que extraerla de nuestros montes como ha hecho la papelera de Zikuñaga hace pocos meses:
Ahora lo lógico sería ir recuperando los montes con hayas, robles, alerces y de esta manera, en unos años tener unos montes y bosques espléndidos donde de gusto pasear. Pero me temo que se quedarán en el olvido creciendo más pinos que no aportan riqueza alguna y que periódicamente se incendiarán por la cantidad de suciedad que se genera en el caso de no entresacar madera.
Pero estos pensamientos son de un loco bicicletero que destroza el monte con su artefacto con ruedas y que a buen seguro algún día multarán por disfrutar de los últimos confines vírgenes que nos quedan.
