¿Alguien sabe como cabrear a 3 mujeres al mismo tiempo?
Seguro que se os ocurren mil formas...dejar sin bajar la tapa del retrete, dejar los calzoncillos fuera del cubo de la ropa sucia, mezclar la ropa blanca con la de color.
Pero, en todos los casos sólo cabreas a una…quizá 2 si el tío es un fiera le van los tríos, pero 3 a la vez solo las pones de muy mal café si 3 colegas llegan tarde tras una vuelta en bici…
Con esta presentación os contaré el hecho extraordinario que nos ocurrió en el Pirineo el pasado sábado.
Viernes por la tarde, nos juntamos Raúl, Javito para dar una vuelta que había trazado con total inocencia.
No es una vuelta sencilla, pero estudiando mapas y fotos aéreas tampoco se pronostica algo imposible. Hasta ahora todo normal.
Al amanecer desayunamos en la furgoneta de Raul y vemos que las leches se habían multiplicado y teníamos 3 bricks en vez de uno. Segunda cosa extraordinaria.
A las 8.30 de la mañana comenzamos a pedalear con más frío de lo que nos tiene acostumbrado este otoño veraniego. Los 4 grados nos hacen salir abrigados pero en 10 minutos ya generamos calor como para fundir los polos.
La cercanía del cometa Elenin está volviendo loco al tiempo, pero hoy nos daríamos cuenta de que lo que se acerca por el espacio no es un meteorito y las cosas excepcionales continúan pasando…
Nos dirigimos al primer collado que desde el fondo del valle se ve cerca, pero vuelve a ocurrir algo horrible…según avanzamos, el collado se aleja cada vez más costando mucho más de lo esperado alcanzarlo.
Una vez en el collado, y tras un considerable porteo, las vistas son impresionantes.
La bajada pone los pelos de punta con bloques asesinos que se empeñan en no dejarnos avanzar con soltura. Además la pendiente y los pasos expuestos nos hacen trabajar cada movimiento.
Zona alta del barranco.
Bloques asesinos.
Aparece la senda tras el tramo de bloques.
Según perdemos altura, el camino se humaniza pero al entrar al bosque se vuelve a retorcer y se complica de manera seria…esto ya nos hace pensar que esta senda no la ha podido hacer el ser humano…
Buenos tramos intermedios.
Un tramo perfecto.
Javito peleando con la pedrera y las curvas reviradas.
En 3 horas hemos llegado al fondo del valle y parece que ahí las cosas están más civilizadas si bien un tío con pinta rara nos pregunta por una fuente…tiene pinta de marciano pero le indicamos por donde puede hidratarse.
Continuamos sendereando y evitando las carreteras ya que estas se encuentran más calientes que un horno de leña y ya pensamos seriamente que todas las cosas sobrenaturales son efecto del cometa de los cojones!!!
Tras la comida, tenemos que ganar altura para coger una pista pero no encontramos el camino cuando por arte de magia aparecen 3 bellas jovencitas que nos indican amablemente que cruces coger…a ver, ¿esto donde se ha visto? Claramente aquí hay gato encerrado…¿a quién le ha pasado esto alguna vez? Parece una artimaña de algún Ser de otro planeta para llevarnos a algún lugar recóndito para vete a saber qué!!!
Pero todavía no sabíamos lo que iba a ocurrir y al llegar a Cuello Marrón, sucedió lo impensable!!!
Allí apareció un platillo volante y nos abdujo a los 3, con bicis y todo!!!…ya en la nave vimos a las 3 jovencitas que tan amablemente nos habían guiado y entonces comprendimos que todo era una treta para apartarnos de la civilización y poder raptarnos.
Prueba de lo ocurrido...
Se quitaron los trajes humanoides y salieron unos seres verdes pringosos que nos preguntaron por nuestros medios de locomoción. Miles de preguntas, cientos de pruebas para ver si los podían adaptar a sus 3 patas, pero no lograron dar ni un solo pedal sin caer. Les resultó imposible entender que los usásemos simplemente para circular por el monte.
No vieron sentido a tanto gasto energético con un artilugio tan arcaico y pasaron a analizar nuestras mochilas…no encontraron nada de interés y tras torturarnos salvajemente para que les dijésemos qué le encontrábamos de interesante a nuestra actividad nos soltaron en mitad de un zarzal, cerca del punto de abducción pero sin camino alguno.
Nos costó horas salir de allí apareciendo raspados, magullados y agotados en la carretera de Ansó ya de noche. Desde allí nos apresuramos los coches para llamar a nuestras señoras y tranquilizarlas por nuestra ausencia. Pero al contar la historia, no nos creyeron ninguna de las 3.
El caso es que no importa que te hayan abducido los extraterrestres y te devuelvan tras 2 horas en medio de un zarzal, habiendo sufrido torturas horribles y graves pinchazos porque al final te dirán: Siiiisisisis, lo que tú quieras, pero al final, la perjudicada soy yo!!!
Pues nada, que sepáis todos que os hemos salvado de una colonización alienígena…